A lo largo de nuestra vida profesional (hablo como diseñador y presentando proyectos y trabajos, pero esto es aplicable a muchas otras disciplinas como comunicación, social media…) deberemos “pelearnos” con el cliente para convencerlo de que nuestro proyecto es exactamente lo que necesitan para salir ganando. Y, para ello, no sólo hay que saber trabajar con keynote o powerpoint, sino transmitirlo como dios manda.
En el tiempo que llevo presentando proyectos tanto de estudios como por temas laborales he acabado analizando los errores que me han llevado al fracaso y como podía mejorarlos y los he querido resumir en 10 consejos que quiero compartir con todos vosotros.
1. Arrancar la presentación con una frase intencional.
Los primeros minutos de una presentación son claves para que el espectador sepa si va o no a interesarle todo aquello que expongas. Es por ello que iniciar la presentación con una atractiva frase de arranque acompañada de las dos o tres ideas básicas de la presentación dará fuerza a la exposición.
2. Limítate a presentar el trabajo.
A menudo cuando presentamos algo podemos irnos por las ramas hablando y el tiempo (y mucho mas la atención del cliente que tenemos delante) así que lo mejor es hablar del producto, Y PUNTO.
Debemos hablar con concordancia únicamente de lo que enseñamos; de que necesitaba el cliente y que hemos conseguido, hablar simplemente de como hemos enfocado su producto, que cualidades y características representa y porqué es perfecto y responde bien al briefing. Evitar hablar del proceso.
3. Aprender a hablar mas del producto.
Cuando exponemos, tendemos mayoritariamente a hablar de nuestra experiencia, de nuestra labor o siemplemente de nuestra vida. Debemos saber ser escuetos y limitarnos a hablar única y exclusivamente del producto. Aunque al acabar de trabajar salgamos a tomar unas cervezas con nuestro cliente, en el trabajo le interesará únicamente su marca o producto, centrémonos en eso.
4. No insultes al producto previo.
Aunque nosotros seamos capaces de crear un producto mucho mejor al que nuestro cliente tiene en la actualidad conviene no despreciarlo; a nuestro cliente no le hará ninguna gracia que lo desvaloremos, así que lo mejor es hablar de él sobre como se puede mejorar y no sobre que es lo peor.
5. Piensa en la ignorancia del espectador.
No des nada por supuesto, el oyente o cliente de nuestra presentación no ha estado presente en todas las horas que nos ha llevado el proceso de trabajo de aquello sobre lo que vamos a hablar, por lo que cualquier detalle que pasemos por alto creará lagunas en su decisión final y aprobado de nuestra propuesta.
Lo mejor en estos casos es hablar del proyecto y presentárselo brevemente a alguien ajeno, nuestras madres y novias siempre son un gran jurado con el que descubriremos posibles puntos débiles.
6. No hablar demasiado.
Querer ser demasiado detallista puede acabar con un cliente que piensa que eres un poco pedante y le haces perder el tiempo. No es necesario hablar mucho en una presentación, solo hablar de forma precisa y sintetizando al máximo el mensaje.
7. Cuida muy bien las pausas. Dominarás la situación.
Hablar rápido es problemático ya que demuestra falta de control de la situación, entre otras cosas. Es por ello que saber hacer pausas hablando muestra quien lleva las riendas de lo que se está hablando. El silencio es muy poderoso y pausarse entre palabras en una frase subraya lo que se quiere decir.
8. Guardarnos un as en la manga.
Siempre hay algún elemento que destaca en nuestra exposición. Guardémonos esa baza y no la soltemos a la primera si no queremos que desde ese momento la presentación decaiga y queremos que nuestro cliente se lleve una sorpresa antes de terminar la presentación.
9. Pensar en futuro.
A pesar de que el encargo del cliente sea sencillo (o mas bien, bajo de presupuesto, que está a la orden del día) ganaremos su confianza y posible trabajo en otras ocasiones si al final de la presentación de nuestra propuesta mostramos un atributo continuable, una propuesta de futuro con su marca/producto/servicio, acabando con cierta espectación y haciendo pensar a nuestro cliente.
10. Acabar una presentación de forma correcta.
Parece una tontería, pero uno de los problemas mas grandes a la hora de presentar un trabajo me lo he encontrado al acabar una presentación sin parecer demasiado tajante ni tampoco pesado y repetitivo. Lo mejor en muchos casos es estudiar una frase de finalización o, como recurso fácil (per efectivo) preguntar simplemente si hay alguna duda o consulta, de esta forma también induces a un posible debate o diálogo con el oyente y aclararás cualquier posible laguna en tu exposición.